Lo
que diferencia la inteligencia natural (humana) de la artificial no es tanto su mayor o
menor capacidad de superar problemas, etc, sino la capacidad de decisión propia
esté o no acertada; puesto que eso con tiempo se puede llegar a solucionar antes o después. Por
ejemplo, un ordenador, aunque sea capaz de llevarnos a la luna, no tendrá
capacidad de decisión propia hasta que no cuente con unidades de superposición
cuántica capaces de decidir por sí mismos entre 0 y 1 dentro de un marco de
posibilidades priorizadas que se le hayan suministrado previamente como programas de referencia o lógica, que es lo mismo que
hace nuestra inteligencia natural Integral cuando decide entre los programas de
inteligencia vegetativa lógica y analógica que tiene a su disposición alojadas
respectivamente en la parte izquierda y derecha cerebral.
Sin
embargo, la variedad y rapidez de las funciones de una PC llevan a pensar… ¿serán nuestros
cerebros inferiores a las máquinas? Si a alguien le hacen esta pregunta y debe
responder en una manera impulsiva y rápida, esta podría llegar a decir que las
maquinas son más "inteligentes". No sería una respuesta totalmente
errónea: hoy en día las maquinas realizan, por ejemplo, complicadísimos
cálculos matemáticos en segundos, buscan información también en segundos. Esto
podría provocar que la gente irreflexivamente conteste que las más inteligentes
son las máquinas.
Esta
repuesta es criticable, y el fundamento es simple: los seres humanos no somos
perfectos, es por eso que algo imperfecto no puede hacer algo perfecto. Es
cierto que las máquinas, actualmente, son increíblemente inteligentes y pueden
hacer cálculos y tareas de suma precisión de una manera rápida y simple que un hombre no podría hacerlo. Pero esas máquinas fueron
creadas por hombres, y la capacidad de realizar esas complicadísimas tareas se
las dieron hombre. Es decir, la máquina sin el hombre no hace nada. Si los
hombres no tuvieran inteligencia, las máquinas tampoco la tendrían. Y, por lo
tanto, al darle el hombre su inteligencia, le da sus errores. EL hombre puede
realizar sus tareas cuando quiere, como quiere, la cantidad de veces que quiere
y a la velocidad que quiere; la máquina no. Esta última necesita
que alguien le especifique todas estas cosas al menos una vez. Alguien podría
argumentar contra esto que al hombre, cuando es pequeño, también se le debe
indicar qué, cómo y cuándo debe hacer determinadas cosas para que después las
incorpore. La diferencia entre este último ejemplo y una máquina reside en que
esas indicaciones que se le dan al hombre son como una guía, es decir, el
hombre las incorpora con las modificaciones que él crea necesarias según su personalidad, su ámbito social, económico, etc. Y estas
modificaciones las puede llevar a cabo gracias a qué puede razonar y decidir.
En cambio, las máquinas siguen las indicaciones al pie de la
letra, porque, obviamente, carecen de la capacidad de razonamiento y elección,
no pueden ni siquiera cuestionarse aquella tarea para la que han sido creados.
Otra
diferencia es la variedad de lo que llamamos inteligencia. No es solamente todo
aquello que tenga que ver con ciencias de algún tipo. Existe también lo que el llamado inteligencia emocional, es decir ese tipo de inteligencia que
abarca las capacidades de reconocer las emociones propias y ajenas. Una maquina no puede
determinar el estado de animo de una persona y, además, carece de emociones y sentimientos.
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